viernes, 25 de julio de 2008

Hay 30.000 chicos bonaerenses que no acreditan su identidad

Publicó La Nación
25 de julio de 2008

Título original:
El calvario de vivir sin documentos

La historia de una mujer con cuatro hijos que no tienen DNI y que no pueden conseguir trabajo

Por Pablo Morosi
Corresponsal en La Plata

A PLATA.- "Yo no puedo andar por la calle tranquilo. No consigo laburo, la gente me mira mal. Estoy harto de no ser nadie", se lamenta Horacio, uno de cuatro hermanos, de entre 16 y 23 años, que comparten el calvario de no tener identidad.

Claudia Quiroga, de 41 años, vive con sus hijos indocumentados en Bernal Oeste, partido de Quilmes, a menos de 30 kilómetros de la Capital, y espera desde hace casi cuatro años la resolución de dos expedientes judiciales que les permitan a los jóvenes obtener su DNI.

"No sé ya qué hacer, trato de cumplir con todo lo que me piden y siempre las cosas se complican, se vencen los plazos y todo se traba", dice Claudia, rodeada de tres de sus cuatro hijos. Además de Horacio, de 21 años, están Verónica, de 19, y Diego, de 16. El mayor, Daniel, de 23, está en un trabajo que consiguió pero que, como casi todo lo que les ha ocurrido en la vida, es provisorio hasta que pueda aportar sus datos filiatorios.

Aunque parezca increíble, todos los hijos de Quiroga cursaron la escuela primaria. Tiene fotos de actos, con sus maestras y compañeros, pero nunca obtuvieron certificados oficiales de los estudios realizados. Luego, todos concurrieron a la Escuela Media N° 6: Daniel abandonó para trabajar; Verónica dejó en primer año para cuidar a su hijo de un año y medio; Horacio se está por recibir, y Diego cursa primer año. Claudia agradece la predisposición de los directivos de los establecimientos educativos por haber cobijado a sus hijos sin contar con la documentación requerida.

Esta historia comienza en la Capital hace 41 años, cuando Claudia Quiroga nació y nadie la anotó en el Registro de las Personas. Al poco tiempo su madre murió y ella sólo consiguió su documento a los 22 años, cuando dos de sus hijos ya habían nacido y estaba embarazada del tercero. La mujer prefiere no ahondar sobre aquellos años y que tan sólo evoca como "muy malos". "Estaba atravesando una situación muy complicada, y si no hice los trámites no fue por quedada, sino porque realmente no estaba en condiciones", reconoce. Su crítica situación económica le impidió, incluso, poder pagar el costo del certificado de nacimiento de sus dos últimos hijos en el hospital Isidoro Iriarte, de Quilmes.

A medida que los chicos crecían también lo hacía su demanda por tener sus papeles en regla. Daniel quería un documento para conseguir empleo; Verónica quedó embarazada y no pudo reconocer a su hijo, que tiene DNI gracias a su padre; Horacio perdió varias oportunidades laborales por no poder completar los formularios.

En la Justicia

Las causas para pedir a la Justicia el documento de identidad fueron presentadas a fines de 2004 en el Tribunal de Familia N° 2 de Quilmes, presidido por Enrique Hollman.

El magistrado dijo que si bien se realizaron los peritajes correspondientes para determinar la consanguinidad y la confirmación de edades de los jóvenes, aún resta aportar los certificados sobre los antecedentes penales de una persona. "Me da la sensación de que hay una morosidad en esta diligencia que es lo que destrabaría todo", dijo Hollman a LA NACION.

"Si el juez dice eso, es porque no ha visto la causa. Hace tiempo que me gustaría hablar con él para explicarle la situación insostenible que estamos atravesando. Yo el trámite de reincidencia ya lo hice tres veces", afirma Claudia en la cocina de su humilde vivienda en el barrio La Cañada.

Quiroga inició la causa judicial para conseguir la documentación de sus hijos luego de un incidente policial que involucró a Daniel, el mayor. En un operativo policial el joven fue detenido como sospechoso de un robo. Estuvo 22 días preso, y aunque, finalmente, no fue imputado, la causa sigue abierta. Ahora el muchacho y sus hermanos temen salir a la calle.

En febrero último, fuentes de la Dirección General de Cultura y Educación provincial revelaron que un censo realizado en la mitad de las escuelas provinciales determinó que unos 30.000 chicos no tenían documentos ni partidas de nacimiento. El director general de Escuelas, Mario Oporto, aseguró entonces que se buscaba que "no haya ningún chico sin escuela ni ningún chico sin identidad". Ayer, voceros de la cartera educativa afirmaron que el plan está en marcha, pero no pudieron dar detalles de sus resultados.

En el Registro Provincial de las Personas, encargado de distribuir los DNI, dijeron: "No estamos en conocimiento de este caso". Fuentes del organismo reconocieron, sin embargo, que existen situaciones similares e indicaron que facilitan la documentación cuando existe una demanda concreta, que, en este caso -dicen-, no habían recibido.

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